Para escribir una autobiografía basta un fragmento de vida, momentos que señalen el rumbo de quienes aún seremos. Es el caso de las autobiografías precoses de artista e intelectuales. Unos de los iniciadores de esta vertiente es el poeta ruso Evgueni Evtushenko. Guadalupe Loaeza escribe sobre este libro y sobre el ambiente de la época (1968) en que el autor ruso visitó México. El artículo mismo puede tomarse como un fragmento autobiográfico.
Uno de los libros más leídos hace poco más de 40 años era la Autobiografía precoz,
de Evgueni Evtu-shenko (Rusia, 1933). Me acuerdo que el libro de
Editorial ERA me acompañó por muchos días; tomaba mi libro y lo iba a
leer a la Zona Rosa. Era 1968, por los días en que comenzaba el
movimiento estudiantil, aunque he de confesar que yo estaba más
entusiasmada por las Olimpiadas. Recuerdo el día que me avisaron que
gracias a que había salido muy bien en mi examen de francés, mehabían
seleccionado como edecán para atender a los representantes de la prensa
francesa. Cuando me dieron mi uniforme naranja, mi blusa de cuello Mao y
mis zapatos Canadá, me sentí feliz.
Por
entonces, mi compañero más cercano era el libro de este poeta ruso.
Ahora se habla muy poco de él, pero hace 44 años era uno de los autores
más populares. Cuando vino a México, una multitud que quería escuchar
sus poemas llenó el Estadio Azteca; estuvo acompañado de David Alfaro
Siqueiros. En el prólogo al libro de poemas Adiós, bandera roja (FCE,
1997), Yuri Nehoroshev dice que Evtushenko recorrió México acompañado
de Carlos Monsiváis y que conoció a escritores como Carlos Fuentes, Juan
Rulfo y León Felipe. Nehoroshev, que además es el presidente de la
Asociación de Evtushenkófilos, dice que en sus viajes por Occidente,
este poeta visitó a Picasso, Chagall, Max Ernst, Fellini, Eliot y
Steinbeck, entre muchos otros. Por eso, escribió: Me gustaría/ nacer en
todos los países. Mas el presidente de sus admiradores dice que el
segundo amor de Evtushenko es América Latina.
Su Autobiografía precoz fue
una lección para los escritores mexicanos. Leamos sus primeras líneas:
La autobiografía de un poeta son sus poemas. El resto es sólo su
comentario. El poeta tiene el deber de presentarse a sus lectores con
sus sentimientos, sus pensamientos y sus actos en la palma de la mano.
Luego de este libro, varios escritores mexicanos como Carlos Monsiváis,
Salvador Elizondo y Juan García Ponce también escribieron sus
autobiografías precoces. Gracias a su libro sabemos que le tocó ver a
muchísimos jóvenes rusos que se alistaron para pelear contra Alemania en
la Guerra Mundial, y que todos ellos presentían que no regresarían, por
lo que decidieron casarse antes de partir: Con todo, esos muchachos
tenían su vida, sus amores, sus novias. Y, con todo, había muchas
jóvenes que aceptaban convertirse en viudas, tras de haber sido las
mujeres de un día para los que amaron. Por eso, Evtushenko
decía que la palabra paz nada más tenía significado para las personas
que saben qué es la guerra, por eso también decía que él había podido
aprender el significado de paz porque conoció la guerra en su infancia.
En
1944, cuando apenas tenía 11 años, llegó a Moscú con su madre. Entonces
supo quiénes eran sus enemigos, porque pudo ver a toda la gente que
esperaba ver a los 25 mil alemanes prisioneros que estaban a punto de
llegar a la ciudad. Allí estaban las viudas, los huérfanos, las madres
de los soldados caídos, esperando con rostro de odio hasta que apareció a
lo lejos la columna de prisioneros. A la cabeza, marchaban los
generales, tensas sus poderosas mandíbulas, escribió. Las comisuras de
los labios estaban apretadas, despectivas. Así querían afirmar su
superioridad aristocrática sobre la plebe que los había vencido. Los
soldados rusos cubrían a los alemanes para que las mujeres no se
aventaran contra ellos, pero entonces, llegaron los soldados alemanes,
sucios, sin afeitar, pero sobre todo con un rostro de infinito
cansancio, sobre muletas y cubiertos de vendas ensangrentadas. Fue
entonces que se hizo un silencio inmenso, y una mujer pidió permiso para
darle pan a un prisionero que apenas podía sostenerse. Mejor sigamos
las palabras del autor de la Autobiografía: Instantáneamente, otras
mujeres siguieron su ejemplo y comenzaron a lanzar pan, cigarrillos, a
los soldados alemanes vencidos. Ya no eran enemigos. Eran hombres.
Con
toda razón, el poeta Andrei Voznesenski dijo: Evgueni Evtushenko
inventó el periodismo poético. ¿Pero por qué este escritor ruso fue tan
popular en México y en muchos otros países? Me atrevo a pensar que fue
tan leído a causa de su sinceridad estrujante, desgarradora,
conmovedora. Como los pasajes que dedica a su madre, una bella actriz y
cantante, que perdió su salud en la guerra. Cuando la reencontró en el
teatro, casi no pudo reconocerla. Fue la victoria que le costó a Rusia
la vida de 20 millones de personas y la voz de mi madre, escribió. La
madre de Evgueni, por otra parte, no quería que su hijo fuera poeta.
Pensaba que era un oficio atormentado, propio de espíritus inestables y
que sufrían más que los otros hombres. Su madre le dijo: La poesía nunca
te dará una vida tranquila ni dinero. Por suerte para sus lectores,
Evtushenko odiaba la tranquilidad y el dinero tanto como amaba la
poesía.
El Ángel. Suplemento Cultural de Reforma. 11de marzo de 2012.