Segunda parte de la síntesis del capítulo: “Enseñar a la gente a escribir su vida”, del libro titulado “El pacto autobiográfico y otros estudios” de Philippe Lejeune, editado por Megazul-Endymion, Madrid, 1994.
…la autobiografía, es una actividad propia de la madurez o de lo que actualmente se llama la tercera edad… La oferta es reciente, y forma parte de un importante movimiento social, al igual que el desarrollo de la psicología, la aparición de la historia oral y la difusión a través de los medios de comunicación de lo “vivido”, que tratan de llamar la atención del individuo sobre sí mismo.
¿Cómo?
Queda la cuestión del how. Tiene dos aspectos: el del medio del aprendizaje, y el de los medios utilizados (entre los cuales distinguiré los modelos y las pistas).
Queda la cuestión del how. Tiene dos aspectos: el del medio del aprendizaje, y el de los medios utilizados (entre los cuales distinguiré los modelos y las pistas).
1. El medio… Como se trata de aprender a escribir, el libro es quizás más indicado. Pero en la autobiografía el libro difícilmente puede suplir la relación con el otro, necesaria para el proceso. Sin duda, hay que distinguir dos funciones posibles del manual: la función de estimulación y la de aprendizaje propiamente dicha. Para estimular, el libro tiene que ser corto, directo y sencillo. O si es largo, tiene que intentar ser persuasivo a través de un discurso repetitivo que tranquilice al candidato autobiógrafo, familiarizándole con algunas ideas fundamentales… Me parecen más idóneos para empezar, libros menos sofisticados y más desordenados, que se pueden hojear como una guía de bricolage…
Al libro hay que añadir, bajo una forma u otra, una relación interpersonal. Sólo ella podrá estructurar y mantener el tiempo necesario para el aprendizaje… Muchas tentativas autobiográficas de aficionados se quedan en un preámbulo escrito en un día en el que se encontraban animados o en unas notas preparatorias. Sin duda, uno acaba decidiéndose el día en que de repente comprende por qué hay que escribir…
Esta relación puede adoptar diferentes formas: en cualquier caso supone el consentimiento y excluye la autoridad. Supone sobretodo un sentimiento de seguridad: hay que tener confianza en el formador, hay que tener la seguridad de que uno no va a ser agredido por los otros miembros del grupo…
Deseamos escribir para llenar un vacío, recuperar una relación perdida…
2. El modelo… El diario tiene que obedecer a unas reglas de presentación que harán fácil una nueva lectura por parte del interesado, pero no ha por qué seducir e informar a un lector, no tiene que seguir ninguna regla de composición. Incluso a veces, hay que conservar el carácter intimista, ante la tentación del over-writing, que impide la sinceridad.
Al iniciar su trabajo, el aprendiz de autobiógrafo tiene un cierto sentimiento de competencia: el relato que va a escribir ya existe, al menos, virtualmente en su mente… pero el narrador se queda siempre sorprendido, y a menudo bastante decepcionado, cuando lee la transcripción de lo que ha dicho… La comunicación escrita obedece a otras leyes… los manuales enseñan estas leyes que utilizan los escritores profesionales cuando tienen que redactar… Saber conectar con el lector. Contar una anécdota de forma interesante, y darle un significado… Sobretodo, ser siempre específico, preciso y concreto. Dar al conjunto del relato una progresión y un ritmo… André Conquet da ocho consejos: 1) el lector prefiere las frases cortas; 2) llamen a cada cosa por su nombre; 3) intenten conservar las expresiones familiares; 4) eliminen las palabras inútiles; 5) verbos en activa, por favor; 6) escriban como hablan; 7) utilicen imágenes; 8) la uniformidad aburre… La riqueza del género autobiográfico se debe a que, siguiendo el ejemplo del género novelesco, puede echar mano de todo: poesía, reflexión teórica y de la propia novela.
3. Las pistas. Resulta duro aprender a “redactar” aunque sea indispensable. Es la parte pensum del asunto. Aparece siempre en último lugar: ningún manual sugiere que la escritura puede ser un medio de invención, siempre es tratada como medio de exposición de un material ya encontrado por otras vías… La memoria es un laberinto, el lenguaje también: y creo que la autobiografía es una variedad del juego de pistas, para la cual se pueden dar reglas, inventar itinerarios… ciertamente, creando formas nuevas, nos arriesgamos a romper la comunicación. Pero a la inversa, facilitando la comunicación a través del uso de técnicas convencionales, nos arriesgamos a perder lo que quizás tuviéramos de nuevo que aportar.
…Empezar a escribir una autobiografía es invertir la relación que normalmente se mantiene con la propia vida. Es convertirse imaginariamente, en el dueño y señor. Mi vida es una isla que voy a dominar con la mirada, cuyo mapa voy a realizar.
… Lo más interesante son las pautas para empezar, todo aquello que nos hace salir de la evidencia opaca del presente… Sólo tendrá la posibilidad de producir algo si se apoya en una relación con otro o en una reflexión teórica que permita volver a situar las causas y los efectos. En cualquier caso, lo que hay que hacer es empezar… La pregunta que me parece mejor, que propone Paul Le Bohec, es la siguiente: ¿me podría hablar de su nombre y de su apellido? ¿A qué le recuerdan? Según mi experiencia, es una pregunta fundamental e inagotable. Querido lector, le cedo la palabra. ¿Cómo se llama?